Laboristas Inglaterra
Las plataformas digitales de trabajo son ya una parte vital de la vida contemporánea: nos permiten organizar un viaje, pedir comida y acceder a otros muchos servicios en línea. Para ello ponen en contacto a clientes con trabajadores que realizan esas tareas o “gigs”. La última década ha sido testigo del auge mundial de los “gig workers” o “trabajadores de plataforma”, con plataformas como Uber, Gojek, Deliveroo, Rappi, Upwork y Topcoder.
Las plataformas digitales de trabajo han creado oportunidades sin precedentes para los trabajadores, las empresas y la sociedad al dar rienda suelta a la innovación a escala mundial. Sin embargo, al mismo tiempo, plantean graves amenazas para el trabajo decente y la competencia leal.
La revolución de las tecnologías de la información y la comunicación e Internet han puesto en marcha una oleada de nuevos procesos y productos, estimulando la competencia y el crecimiento de la productividad. Esto ha dado lugar al surgimiento de plataformas laborales digitales, una nueva forma de organizar el trabajo y los negocios.
Las plataformas son ágiles y organizan el trabajo de un modo fundamentalmente distinto al de las empresas tradicionales. Conectan a empresas y clientes con los trabajadores y transforman los procesos laborales con importantes implicaciones para el futuro del trabajo.
Trabajos forzados
Las vacunas son uno de los mayores avances en la salud y el desarrollo mundiales. Durante más de dos siglos, las vacunas han reducido de forma segura el azote de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la viruela, ayudando a los niños a crecer sanos y felices.
Gracias a los esfuerzos de inmunización en todo el mundo, los niños pueden caminar, jugar, bailar y aprender. Los niños vacunados obtienen mejores resultados en la escuela, con beneficios económicos que se extienden por sus comunidades. Hoy en día, se estima que las vacunas son uno de los medios más rentables para promover el bienestar mundial. Actúan como un escudo protector, manteniendo a salvo a familias y comunidades. A pesar de estos beneficios, los niveles de inmunización siguen siendo bajos.
El retroceso se debe a las perturbaciones provocadas por las pandemias, los conflictos, los desplazamientos y el aumento de la desinformación sobre las vacunas. Como resultado, unos 25 millones de niños no reciben cada año vacunas que salvan vidas, lo que les expone al riesgo de contraer enfermedades devastadoras y totalmente prevenibles como el sarampión y la poliomielitis. Los niños más pobres y marginados -a menudo los más necesitados de vacunas- siguen siendo los que menos probabilidades tienen de recibirlas.
Líder del Partido Laborista británico
A menudo, los politólogos utilizan métodos cualitativos en sus investigaciones, recopilando información de numerosas fuentes. Por ejemplo, pueden utilizar documentos históricos para analizar las estructuras y políticas gubernamentales del pasado. Los politólogos también recurren a métodos cuantitativos para desarrollar e investigar teorías. Por ejemplo, pueden analizar los datos del censo electoral para identificar patrones de voto. Los politólogos estudian una amplia gama de temas, como los partidos políticos estadounidenses, las diferencias entre las estructuras políticas de los distintos países, la globalización y la historia del pensamiento político.
Los politólogos también trabajan como analistas políticos para organizaciones que tienen intereses en la política, como gobiernos, sindicatos y grupos políticos. Evalúan las políticas y los acontecimientos actuales utilizando encuestas de opinión pública, datos económicos y resultados electorales. A partir de estas fuentes, intentan anticipar los efectos de las nuevas políticas.
Los politólogos suelen investigar los efectos de las políticas gubernamentales en una región o población concretas, tanto a escala nacional como internacional. Como resultado, proporcionan información y análisis que ayudan a planificar, desarrollar o llevar a cabo políticas.
Partido Laborista Reino Unido
Los votantes australianos han dado un duro revés al gobierno de centro-derecha, poniendo fin a nueve años de gobierno conservador, a favor de la oposición de centro-izquierda que prometió medidas más contundentes contra el cambio climático.
Más allá del clima, estas elecciones se han centrado en el carácter de los líderes. El actual presidente, Scott Morrison, era profundamente impopular entre los votantes y pareció reconocerlo cuando admitió durante la última semana de campaña que había sido “un poco bulldozer”. Se refería a la toma de decisiones difíciles durante la pandemia y a la ruptura de un acuerdo sobre submarinos con Francia, pero reflejaba afirmaciones sobre su estilo de liderazgo más autoritario que colaborativo.
En un discurso ante sus partidarios el sábado por la noche, Morrison dijo que había llamado a Albanese para felicitarle por su victoria electoral. “Siempre he creído en los australianos y en su juicio, y siempre he estado dispuesto a aceptar su veredicto”, afirmó.
Poco antes de medianoche, Albanese salió a la calle entre vítores de sus partidarios y dijo que intentaría unir a la nación. “Trabajaré cada día para unir a los australianos. Y lideraré un gobierno digno del pueblo de Australia”.