Covid-19 – clase magistral de old mutual
Estudio prospectivo de cohortes de 663 trabajadores con un episodio de baja laboral de larga duración en curso reclutados durante la primera visita médica en una mutua y seguidos hasta que finalizó su episodio de baja laboral. Los trabajadores completaron un cuestionario de referencia sobre sus percepciones del episodio de baja por enfermedad y sus expectativas de RTW (es decir, estado de salud, capacidad laboral, expectativas y tiempo necesario para RTW, autoeficacia y conexión autopercibida entre salud y trabajo). El tiempo hasta la RTW se estableció a partir del registro de la mutua. Se utilizaron modelos de regresión de Cox para examinar las asociaciones de la percepción del trabajador y las expectativas de RTW con el tiempo hasta RTW dentro de la población de estudio en su conjunto, así como en tres subgrupos de diagnóstico (es decir, trastornos musculoesqueléticos, trastornos mentales y otras condiciones físicas).
En conjunto, el tiempo transcurrido hasta la RTW fue mayor para los trabajadores con mala salud [hazard ratio (HR) = 0,71, 95%CI 0,59-0,85], una capacidad de trabajo extremadamente reducida (HR = 0,69, 95%CI 0,53-0,88), un periodo de tiempo más largo necesario para la RTW (HR = 0,36, 95%CI 0,25-0,52) y la falta de expectativas de volver al mismo puesto de trabajo (HR = 0,13, 95%CI 0,06-0,31). Los trabajadores con afecciones musculoesqueléticas y otras afecciones físicas mostraron un patrón similar al de toda la población del estudio, mientras que los trabajadores con trastornos mentales no.
Autonomía sanitaria + apoyo comunitario en tiempos de COVID-19
La seguridad social existe para responder a los riesgos del ciclo de vida y abarca todas las medidas que proporcionan prestaciones, ya sean en metálico o en especie, para garantizar la protección, entre otras cosas, contra la falta de ingresos relacionados con el trabajo (o ingresos insuficientes) causada por la enfermedad. Históricamente, los regímenes de prestaciones de enfermedad en metálico han figurado entre las primeras medidas de seguridad social establecidas. Los objetivos originales de los regímenes de prestaciones económicas de enfermedad eran sustituir los ingresos y evitar la pobreza en caso de mala salud temporal, permitir una recuperación adecuada antes de volver al trabajo y reducir las responsabilidades del empresario.
Desde el inicio de la crisis del coronavirus, estos regímenes recibieron una atención renovada, y los gobiernos adaptaron a un ritmo rápido la cobertura, el alcance, las condiciones de elegibilidad y el enfoque de aplicación de los regímenes existentes.
La pandemia también puso de manifiesto los efectos adversos de las lagunas en la cobertura de las prestaciones por enfermedad. La falta de cobertura incita a la gente a ir a trabajar cuando está enferma o cuando debería autocuidarse, lo que aumenta el riesgo de propagación de la enfermedad, ya que la pérdida de ingresos durante la enfermedad aumenta los riesgos de pobreza para los trabajadores y sus familias.
Respiro entre iguales: Investigación y práctica
“A menudo, descubro que los participantes son como una cebolla. Presentan la cebolla como un todo y luego, quizás haciendo las preguntas adecuadas, se va pelando capa a capa”. (Grupo 3: enfermera, 2 años en rehabilitación ocupacional)
Los clínicos afirmaron que la perspectiva de la CIF es la base de su cartografía, utilizando cuestionarios, exámenes, diálogo y observaciones para evaluar las funciones de los participantes y su participación en el trabajo y la vida social. Las herramientas visuales se describieron como especialmente importantes en el proceso de mapeo; es decir, según los clínicos, herramientas que aumentan tanto la comprensión de las barreras y los recursos por parte de los participantes como de los clínicos y, por lo tanto, son útiles en el diálogo con los participantes. Se propone a los participantes un ejercicio sencillo para que reflexionen sobre su situación en conjunto, a menudo coloreando el dibujo de un zapato o un reloj. El zapato se divide en diferentes campos que representan el trabajo, los ritmos circadianos, las finanzas, los hijos, la familia y uno mismo, visualizando sus recursos y retos. El reloj muestra cómo pasan el día y qué les da o les quita energía. Un clínico observó que:
Por qué las organizaciones sanitarias deben desinvertir en combustibles fósiles
Un empresario debe seguir pagando a su empleado en caso de baja por enfermedad o accidente laboral y debe hacerlo hasta el final del mes en el que se produce el 77º día de baja por enfermedad, durante un periodo de referencia de 18 meses sucesivos.
A partir del mes siguiente al 77º día de baja por enfermedad, la Caja Nacional de la Salud (Caisse Nationale de Santé – CNS) toma el relevo del empresario y abona las prestaciones de enfermedad al trabajador de baja. A partir de ese momento, el empresario ya no tiene que pagar un salario al trabajador, mientras éste reciba prestaciones de la CNS.
El período de 77 días se contabiliza en días naturales (y no en días laborables) durante los cuales el trabajador ha estado declarado de baja por enfermedad en los 18 meses naturales anteriores al mes en curso (período de referencia).
El empresario que mantiene la relación laboral con el trabajador tras 26 semanas de baja por enfermedad debe compensar el subsidio de enfermedad percibido por el trabajador y abonarle la diferencia entre el subsidio y su salario neto durante los 12 primeros meses de baja por enfermedad.